Mi padre siempre decía: «Cuando no tengas las herramientas adecuadas, usa la cabeza». No era artista ni diseñador, pero tenía una habilidad increíble para encontrar soluciones con lo que tuviera a la mano. Esa mentalidad me acompañó siempre, y en el centro de estética de Laura, entendí que la creatividad es la clave para destacar en cualquier negocio.
Un día, una clienta llegó buscando un servicio de spa exprés para el Día del Padre. Quería regalarle a su esposo una experiencia relajante, pero no tenía tiempo para un tratamiento largo. En lugar de decirle que no teníamos algo así, Laura y yo pensamos en alternativas. Con un poco de ingenio, creamos un «Spa Flash para Papá»: un masaje exprés con toallas calientes y aromaterapia en solo 20 minutos.
El resultado fue un éxito. No solo esa clienta salió encantada, sino que otros clientes empezaron a pedir la misma opción. Fue ahí cuando entendí que fomentar la creatividad en el trabajo no es solo tener ideas locas, sino atreverse a probar cosas nuevas y adaptar lo que ya existe a las necesidades de los clientes.
Moraleja: La creatividad no es un talento reservado para unos pocos, es una actitud que se cultiva con curiosidad y ganas de mejorar. En el mundo de la estética, ser creativo no solo significa innovar en tratamientos, sino también encontrar soluciones prácticas y efectivas para los clientes. Como decía mi padre, «la herramienta más poderosa siempre será tu imaginación». 💡💙