Un martes cualquiera, Laura estaba haciendo un tratamiento de radiofrecuencia. Sonaba música suave, la clienta relajada, todo iba perfecto… hasta que el carrito se volcó.
Cayeron:
- El frasco de colágeno
- Tres rodillos
- Las pinzas
- Y mi dignidad, porque me agaché a recogerlo todo justo cuando entró otra clienta que soltó:
—“Uy, qué desordenado se ve esto hoy…”
Después del momento trágico-cómico, Laura dijo:
—“Javi, esto no es desorden. Esto es creatividad desbordada… pero ya nos está rebasando”.
Ese día, nos pusimos manos a la obra para reinventar el espacio de trabajo. Y lo que logramos no solo fue más orden, sino más paz mental.
🛠️ El Desafío
- Tener todo a mano, sin que parezca una montaña rusa estética.
- Mantener la limpieza sin perder ese toque personal y creativo.
- Evitar el “efecto cajón de sastre” en carritos, cabinas y tocadores.
- Equilibrar practicidad con inspiración.
✅ Consejos prácticos que aplicamos (y funcionan)
- Organización por estaciones
En vez de tener TODO junto, dividimos materiales por tipo de tratamiento.
Cada estación tiene su kit: limpieza facial, corporales, lifting… ¡como un buffet bien ordenado! - Etiquetas claras y bonitas
Nada de “frasco blanco sin tapa”. Ahora todo está rotulado con nombre y función.
Además, usamos etiquetas lindas con colores suaves. Orden y estética, juntos. - Muebles rodantes inteligentes
Cambiamos el carrito viejo por uno con freno y cajones cerrados. Más estabilidad, menos caídas, más elegancia. - Toques creativos y personales
Una planta pequeña, un difusor con aroma relajante, una postal motivadora. El ambiente también inspira. - Revisión mensual exprés
Una vez al mes, Laura revisa el material y tira, recicla o repone. 20 minutos que evitan horas de caos.
🧭 Recomendaciones extra:
- Luz natural o buena iluminación cálida mejora la energía del lugar.
- Tapetes cómodos donde se pasa mucho tiempo de pie.
- Evita saturación visual: menos es más (y más calmante).
- Ten una “zona neutra” para respirar, tomar agua o simplemente desconectar 2 minutos entre clientas.
💡 Moraleja
Un espacio de trabajo organizado no es solo una cuestión estética. Es autocuidado. Es respeto por tu tiempo, tu cuerpo y tu energía. Porque cuando tu entorno fluye, tú también fluyes… y las clientas lo sienten.