Una tarde, entró al centro una clienta nueva, simpática, con un problema complicado: una mancha pigmentaria en la mejilla que había resistido de todo. Peelings, despigmentantes, sesiones con láser…
—“Ya no espero milagros, pero si puedes suavizarla un poco, me conformo”, nos dijo con resignación.
Laura, como siempre, hizo su diagnóstico con paciencia, pero esa vez se quedó pensativa. Era evidente que lo convencional no iba a funcionar. Y ahí fue donde surgió algo distinto.
En lugar de insistir con la clásica rutina, Laura propuso algo más creativo: combinar un tratamiento estético suave con técnicas de maquillaje correctivo personalizado, y enseñarle a la clienta cómo aplicar productos según la evolución de su piel.
No se trataba de ocultar el problema, sino de empoderar a la clienta con herramientas prácticas y adaptadas a su rostro, su tono y su día a día.
La sesión fue distinta. Se rieron, probaron texturas, compararon antes y después. La mancha seguía ahí, sí, pero la clienta se fue sintiéndose mejor consigo misma. Al mes volvió con otra actitud… y otra amiga.
Y eso, al final, es la esencia de la creatividad: no inventar soluciones mágicas, sino abrir la mente para mirar el problema desde otro ángulo.
🧠 Trucos para potenciar la creatividad como esteticista:
- Combina técnicas
No te cases con un solo método. Mezcla lo que sabes con lo que estás aprendiendo. A veces, la clave está en unir dos cosas que nunca imaginaste juntas. - Escucha más allá de la piel
Pregunta cómo se siente la clienta, cómo se ve a sí misma. Eso te dará pistas para crear soluciones más humanas y cercanas. - Juega con productos
Dedica tiempo semanal a probar nuevos cosméticos contigo misma o con compañeras. La creatividad nace del contacto real con lo que usas. - Inspírate fuera del mundo estético
Arte, moda, fotografía, naturaleza… todo puede darte ideas. Hasta una paleta de colores en una revista puede inspirar un protocolo. - Crea un banco de ideas
Ten una libreta o nota en el móvil donde anotes cosas que se te ocurran en el día: combinaciones, frases que te dicen clientas, sensaciones. Ahí nace lo bueno.
💡 Reflexión final
Ser creativa no es tener ideas locas. Es tener el coraje de probar lo que aún no está en el manual. Y en estética, muchas veces, las soluciones que más transforman… son las que nacen del corazón y no del protocolo.