El truco del algodón con menta

El truco del algodón con menta

Los jueves por la tarde tienen esa mezcla cruel: ya no es mitad de semana, pero todavía falta para el finde. Y en el salón, eso se traduce en una especie de neblina mental. Ese día, Laura atendía su tercer masaje consecutivo, y yo ya la notaba con esa mirada de “modo automático activado”. Fue entonces cuando sacó de su cajón un frasco pequeño, empapó un algodón… y volvió como nueva.


Desarrollo:

🧩 El desafío:
En estética, la fatiga no solo se siente en el cuerpo: se nota en la cara, en la voz, en la precisión de las manos. Cuando se acumulan horas de atención plena y contacto con otros, el cerebro empieza a apagarse poco a poco. Y eso, aunque parezca menor, puede afectar la calidad del servicio y la experiencia del cliente.

🔧 La solución:
Laura aprendió de otra colega un pequeño truco que ya es parte de su kit de emergencia: un frasquito con aceite esencial de menta. Cuando siente que su concentración se dispersa, moja un algodón, lo huele profundo durante 30 segundos y lo deja sobre el tocador mientras trabaja. El aroma fresco, fuerte y penetrante le da un pequeño “reseteo” al sistema.

Ese día, volvió a la cabina con otro ánimo. Me guiñó el ojo mientras pasaba y me dijo bajito: “Modo menta ON”.

📋 Trucos prácticos para recuperar foco en el salón:

  1. Aromaterapia de emergencia. Menta, eucalipto o limón ayudan a despejar la mente al instante.
  2. Micro-pausas. Si tenés 3 minutos entre clientes, no los gastes mirando el móvil: caminá, estirá los hombros, hidratate.
  3. Respiración de caja (box breathing). 4 segundos inhalás, 4 retenés, 4 exhalás, 4 retenés. Repetí 3 ciclos.
  4. Goma de mascar sin azúcar. Parece tonto, pero masticar activa regiones del cerebro asociadas con la alerta.
  5. Agua fría en las muñecas. Un truco express para el bajón de energía.

💬 Reflexión final:
La excelencia también se entrena cuidando nuestros recursos internos. No es solo atender bien: es saber desde dónde estamos atendiendo. Porque si no nos cuidamos, el cansancio se convierte en descuido. Y a veces, un simple algodón con menta es todo lo que necesitás para volver a conectar con tu mejor versión.

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