Estrategias para mantener una actitud resiliente (y no volverte loca en el intento)

Estrategias para mantener una actitud resiliente (y no volverte loca en el intento)

Te levantas temprano, llegás al centro, encendés las luces, preparás la cabina, revisás los turnos… y ya en los primeros 20 minutos del día, tres cosas se salieron de control.
El exfoliante corporal está por terminarse, la clienta de las 10 te avisó que llega 40 minutos tarde, y tu compañera hoy vino «con la nube arriba de la cabeza».

En este mundo donde la estética se mezcla con emociones (propias y ajenas), la resiliencia no es solo una virtud: es una herramienta de supervivencia.

Yo, como esposo de una esteticista y testigo de cientos de jornadas intensas, aprendí que el secreto para no colapsar está en adoptar estrategias prácticas y consistentes. Te comparto las que mejor le han funcionado a Laura… y que pueden ayudarte también a vos.


🔄 Desarrollo

1. Comenzar el día con una rutina de anclaje positiva

Laura tiene una costumbre que, al principio, me parecía extraña: antes de entrar al salón, se queda 3 minutos en el coche, con los ojos cerrados. Respira. Se enfoca.
Es su ritual de entrada. Un momento sin llamadas, sin redes, sin listas de pendientes. Sólo ella y su respiración.

📌 Recomendación: Buscá tu propio «ancla» matutina. Puede ser una taza de té en silencio, una afirmación frente al espejo o incluso una canción que te motive.

2. Reinterpretar lo que sucede

En estética, todo puede pasar. Una clienta que llora en plena sesión, otra que se queja sin razón, otra que te contagia su ansiedad…
Laura aprendió a no tomarse todo de forma personal. Me lo dijo una noche:
—“Yo no soy el problema de ellas, ni la solución total. Solo soy una parte del momento.”

📌 Recomendación: En vez de reaccionar, preguntate: “¿Qué puedo controlar de esto?”. Y lo que no, dejalo pasar como una ola.

3. Microdescansos inteligentes

Entre cliente y cliente, Laura no solo limpia y acomoda. También toma 2 minutos para cerrar los ojos, estirarse o simplemente tomar agua mirando por la ventana.
Eso recarga. Aunque no lo parezca.

📌 Recomendación: Integrá estos descansos como parte de tu agenda. ¡No se negocian!

4. Círculo de apoyo emocional

Tener con quién desahogarse es vital. A veces soy yo. Otras veces, sus compañeras. Pero nunca se lo guarda todo. Eso intoxica.

📌 Recomendación: Armá tu mini red: una colega que te entienda, un familiar que te escuche, o incluso un grupo de WhatsApp con gente del rubro donde puedas compartir sin juzgar.

5. Celebrar lo que SÍ salió bien

Una vez, Laura llegó a casa frustrada por un cliente difícil. Le pregunté:
—“¿Y las otras siete clientas?”
—“Salieron felices.”
—“¿Y por qué solo hablás de una?”
Se quedó callada. Al día siguiente, empezó una nueva costumbre: anotar en un papelito una cosa que sí funcionó ese día.

📌 Recomendación: Tené tu “frascos de victorias”. Y en días grises, abrilo y leélo.


🌈 Moraleja final

En un centro de estética, donde la energía se intercambia como la crema en las manos, ser resiliente es aprender a no dejarse arrastrar por cada corriente.

No se trata de ser siempre fuerte, sino de saber doblarse sin quebrarse.
Y, sobre todo, de tener a mano herramientas que te recuerden que vos también necesitás cuidados… no solo tus clientas.

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