Lecciones de papá

Lecciones de papá

Cuando era niño, mi padre siempre me decía: «La honestidad no siempre te hará ganar más, pero siempre te hará dormir mejor». En aquel entonces, no entendía completamente sus palabras, pero con el tiempo, trabajando junto a Laura en su centro de estética, supe exactamente a qué se refería.

Un día, una clienta llegó al salón pidiendo un tratamiento facial intensivo porque había visto un video en redes sociales que lo recomendaba para su tipo de piel. Laura, después de analizar su piel, le explicó con mucha sinceridad que aquel tratamiento no era el adecuado para ella y que, en lugar de mejorar, podría causar un efecto contrario.

—Pero en otros centros me lo han ofrecido —dijo con cierto recelo.

—Yo podría hacerlo si quisiera —respondió Laura—, pero prefiero que vuelvas porque confías en mí, no porque necesites reparar un daño.

La clienta se quedó pensativa, pero al final aceptó la recomendación de Laura. Semanas después, regresó agradecida y con nuevas clientas, recomendando el salón por su sinceridad y ética profesional.

Esa tarde, recordé las palabras de mi padre y comprendí que, en el mundo de la estética, la confianza es la base de cualquier relación con los clientes. Puede que decir la verdad no siempre sea lo más rentable a corto plazo, pero a largo plazo, construye una reputación que vale más que cualquier tratamiento costoso.

Moraleja: En la estética, como en la vida, la honestidad es la clave para construir relaciones duraderas con los clientes. No se trata solo de vender un servicio, sino de asesorar con ética y sinceridad, demostrando que su bienestar está por encima de cualquier ganancia inmediata. Porque al final del día, dormir tranquilo sabiendo que hiciste lo correcto, no tiene precio. 💙

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