Imagínate esta escena: llego al salón de Laura, mi esposa, después de un día ajetreado. La puerta se abre y ¡boom! Un torbellino de colores, aromas y conversaciones me envuelve. Laura, con una sonrisa que ilumina todo el lugar, está aplicando un maquillaje espectacular a una clienta, mientras otra espera pacientemente hojeando una revista. Frascos, brochas, cremas… ¡un arsenal de belleza por todas partes!
A veces, me siento como un espectador en un mundo fascinante y un poco caótico. Ver a Laura en su elemento, transformando y empoderando a las mujeres, es algo que me llena de orgullo. Pero, ¡ay!, también implica entender un lenguaje secreto de «contouring», «ombré» y «ácido hialurónico» que a veces me supera.
Desafío:
El mayor reto, desde mi trinchera, es equilibrar la vida personal con la profesional. El salón es como un ser vivo que demanda atención constante, y a veces las líneas entre el trabajo y el hogar se difuminan. Las cenas se posponen, los fines de semana se llenan de eventos y las conversaciones giran en torno a nuevos tratamientos y estrategias de marketing.
Solución y Recomendaciones:
He aprendido que la comunicación es clave. Establecer límites claros, programar «citas» para nosotros y encontrar momentos para desconectar son esenciales. También, me he involucrado más en el negocio, no solo como apoyo emocional, sino también aportando mis habilidades en la gestión y organización.
- Establecer límites: Definir horarios de trabajo y respetarlos, tanto como sea posible.
- Comunicación abierta: Hablar sobre las expectativas y necesidades de cada uno.
- Tiempo de calidad: Programar citas y actividades juntos, fuera del ambiente del salón.
- Apoyo mutuo: Involucrarse en el negocio y en la vida personal del otro.
- Humor: No tomarse todo demasiado en serio. ¡Reírse de las situaciones ayuda a aliviar la tensión!
Moraleja:
Ser el marido de una esteticista y emprendedora es una aventura llena de desafíos y recompensas. Requiere paciencia, comprensión y una buena dosis de humor. Pero, al final del día, ver a Laura triunfar y ser parte de su pasión, ¡no tiene precio!