Una clienta especial que dejó huella

Una clienta especial que dejó huella

Hay clientas que llegan, se hacen su tratamiento y se van. Pero hay otras que, sin quererlo, dejan una marca en el corazón.

Laura siempre recuerda a doña Emilia, una señora de 75 años que visitaba el centro de estética cada mes religiosamente. Su tratamiento favorito era una limpieza facial con masaje relajante. Decía que era su momento de escape, su ratito de felicidad en medio de la rutina.

Un día, después de su sesión, Laura la acompañó hasta la puerta y doña Emilia tomó sus manos con fuerza. «No sabes lo importante que es esto para mí», le dijo con los ojos brillantes. «Desde que mi esposo falleció, este es el único momento donde alguien me cuida a mí. Gracias».

Fue un instante que cambió la perspectiva de Laura para siempre. Comprendió que su trabajo no solo embellece, sino que también sana, acompaña y da consuelo.

Desde entonces, cada vez que atiende a una clienta, recuerda que detrás de cada piel hay una historia, y detrás de cada sesión, un pequeño acto de amor.

Moraleja:

En el mundo de la estética, no solo se trata de aplicar tratamientos. A veces, una caricia, una sonrisa o un simple «¿Cómo estás?» pueden hacer una diferencia inmensa en la vida de alguien. 💜

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